viernes, 25 de febrero de 2011

…fragmento 1…

…después de algún tiempo, por fin había logrado que no huyeras, nos costo tanto trabajo llegar hasta ese punto, fue una historia de paciencia…

…la primera vez que te vi, fue en un parpadeo (por un momento creí era un sueño), apenas de reojo, por unos instantes, llega incluso a dudar del suceso… fueron varios días después, que de suerte, te volví a ver de nuevo, oculto yo, tras la cortina de mi ventana, por un instante, todo se detuvo, yo contenía el aliento y evitaba el parpadeo, como si temiera, que fueses a desaparecer, al primer movimiento… desde ese día, de vez en vez te buscaba, al través de la cortina, muchas fueron las largas tardes, en que tu ausencia me decepcionaba, que lindos eran los días, en que por fin aparecías, con ese andar tan elegante, lento y largo, tan ligera y esbelta tu figura cuando tomabas el sol que caía de tarde, así paso el tiempo, en días de desilusión y tardes de alegría… una fresca tarde, tratando de huir un poco del frio, que se encontraba de visita en casa, salí a tomar los últimos rayos de un tímido sol, me senté en un césped amarillento y quebradizo, enfundado en un suéter de lana y armado con una taza de delicioso café, los débiles rayos apenas y entibiaban la tarde, mientras yo a pequeños sorbos bebía el café, iniciaba la hora de las sombras largas… ese mas o menos fue el marco, de aquel, nuestro primer encuentro, si acaso puede llamársele así, a aquel momento…

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